Y eso es lo que hicimos una tarde con toda la familia de este pequeño de dos años y medio. Disfrutamos de cada rincón del parque para su sesión de fotos infantil. Recorrimos lugares muy conocidos que nos dieron momentos irrepetibles para fotografiar.
Y que es me encantan las sesiones de fotos de familia. Pienso que es un recuerdo muy bonito y natural que quedará para siempre. En este tipo de sesiones juego con el niño mientras le voy haciendo fotos. Y como todo es un juego se captan momentos muy especiales y espontáneos. El niño se muestra tal como es porque es él jugando con sus padres y este caso también con sus abuelos.
Y aunque estas sesiones son muy cansadas porque me llevo todo el tiempo corriendo detrás del niño, las disfruto mucho. Me permiten exprimir mi lado creativo al máximo y también mis reflejos fotográficos. Porque si no lo habéis intentado, no hay nada más complicado que hacer fotos a un niño en movimiento. No para ni un segundo y hay que estar muy rápido para captar los buenos momentos.
Y creo que en este caso lo conseguí y es algo que para mí es muy gratificante. Poder enseñar a sus padres fotos en las que la familia son totalmente ellos jugando con sus hijos. Creo que estas fotos serán grandes recuerdos de un momento de sus vidas.
Os dejo con un resumen de la sesión de esta familia tan bonita. Espero de todo corazón que las os gusten tanto como yo he disfrutado haciéndolas.
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