Hoy os traigo la sesión de recién nacido de un osito precioso. Y es que este bebé me parece precioso con esa carita tan dulce y esos cachetes comestibles.
Lo mejor de esta sesión de newborn es que nos regaló una preciosa sonrisa. Y siempre lo digo, pero es que no me canso de decirlo, me derrito con estas fotos de bebés dormidos plácidamente y con una sonrisa en sus caras. Son tan tiernas!!
Por eso me siento tan afortunada de tener el trabajo que tengo. De poder dedicarme a lo que me apasiona y poder compartirlo con mis preciados clientes y con todos vosotros que me visitáis por aquí. Sé que es todo un lujo poder hacer lo que me gusta y que además me paguen por ello.
Despertarme cada mañana sabiendo que voy a fotografiar los recuerdos de una familia que quedarán para siempre colgadas en el salón. Y que cuando las miren dentro de unos años quizás ni se acuerden del nombre de la fotógrafa que les hizo las fotos. Pero sé que tendrán el recuerdo de los primeros días de vida de su bebé. Se acordarán de si comía bien, si les dejaba dormir por las noches o se pasaban el día como zombies porque se morían de sueño. Y todos esos recuerdos se despiertan con una fotografía y eso para mí no tiene precio.
Por eso me gusta tanto la fotografía, porque soy una coleccionista de recuerdos. Me gusta mirar mis fotografías de cuando era pequeña o de un viaje reciente y pensar como era yo en ese momento, cuales eran las cosas que me gustaban ó cómo disfruté ese viaje. Pequeñas anécdotas que se hacen historias de repasarlas una y otra vez. Eso hace la fotografía y por ello me dedico a esto.
Bueno, dejo de ponerme profunda y os dejo con un pequeño resumen de la sesión de este pequeño tan bonito y sus recuerdos. Espero que os gusten tanto las fotos como yo he disfrutado haciéndolas.
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